«AI prompter» podría convertirse en una de las profesiones con más futuro en los años venideros.

Los «AI prompters» podrían erigirse en los profesionales más demandados en los años venideros. Hay ya agencias que los están reclutando.

A muchos le sonará probablemente a chino, pero la de «AI prompter» podría convertirse en una de las profesiones con más futuro en los años venideros. Palmer Hargreaves, una agencia de marketing afincada en Colonia (Alemania), se ha convertido en noticia en los últimos días por publicar una oferta en la que busca «AI prompter», o lo que es lo mismo, a alguien que nutra a ChatGPT, DALL-E 2 y compañía de los comandos de texto adecuados para alumbrar resultados verdaderamente útiles.

«No se trata de ninguna maniobra de relaciones públicas», asegura Iris Heilmann, managing director de Palmer Hargreaves, en declaraciones a Spiegel. La agencia está realmente necesitada de personas que hayan trasteado lo suficiente con programas como ChatGPT como hacer emerger de ellos los mejores resultados, dice Heilmann. «Si confrontas a la IA generativa con las preguntas equivocadas, es muy fácil generar basura», advierte.

A muchos le sonará probablemente a chino, pero la de «AI prompter» podría convertirse en una de las profesiones con más futuro en los años venideros.

Palmer Hargreaves llevó hace poco un test para poner a prueba las bondades de la IA generativa y los resultados del test de marras fueron absolutamente concluyentes. Los empleados de la agencia, que no están demasiado familiarizados con la IA generativa, necesitaron apenas 90 minutos para diseñar una campaña para una marca ficticia de bicicletas con la inestimable ayuda de ChatGPT y Midjourney. Estas herramientas diseñaron un logo y crearon incluso el boceto de una app para el smartphone. Y aun cuando los bocetos no son aún lo suficientemente buenos para ser presentados al cliente final, son una fenomenal fuente de inspiración, enfatiza Heilmann.

Con la asistencia de especialistas en IA generativa, Palmer Hargreaves aspira a poner aún mejores resultados sobre la mesa. Por esta razón la agencia está reclutando a candidatos que puedan demostrar «entrenamiento cualificado o formación en el ámbito de la inteligencia artificial, la lingüística o ramas aledañas». Los candidatos deben ser además capaces de crear «modelos de procesamiento de IA y datos para el entrenamiento individual».

A Patrick Glauner, profesor del Instituto de Tecnología Deggendorf, le molesta, sin embargo, sobremanera la descripción empleada por Palmer Hargreaves en su oferta de empleo. En su opinión, las aptitudes que la agencia exige a los candidatos son del todo desproporcionadas. Y es que no hace falta ser un experto en IA para utilizar herramientas como ChatGPT y DALL-E 2. «Casi todo el mundo puede generar comandos de texto para la IA. Y por supuesto no hace falta tampoco haber estudiado ingeniería informática para utilizar Google», señala Glauner en declaraciones a Spiegel.

¿Son los «AI prompters» el principio del fin del periodismo de carne y hueso?

Palmer Hargreaves coincide también con el parecer de Glauner y ha revisado la oferta de trabajo tras reconocer que sus requisitos eran demasiado técnicos. La agencia se excusa argumentando que el de «AI prompter» es un trabajo de nueva hornada. No, obstante, «es probable que las aptitudes que debe reunir hoy por hoy un ‘AI prompter’ deba atesorarlas en el futuro todo el mundo», dice Heilmann.

También el profesor Patrick Glauner tiene el convencimiento de que en el futuro a los candidatos se les pedirá cada vez más que estén familiarizados con herramientas como ChatGPT. De hecho, es probable que las tablas de Excel no las generen en los años venideros personas de carne y hueso sino programas de IA generativa.

La fragorosa entrada en escena de la IA generativa plantea cambios absolutamente sísmicos en el mercado laborales. Al fin y al cabo, los generadores de imágenes son capaces de engendrar espléndidas ilustraciones en cuestión de segundos, mientras que ChatGPT escribe noticias e informes con pasmosa celeridad.

Quizás por ello a cada vez más periodistas les carcome la zozobra por una eventual pérdida de su puestos de trabajo ante la irrupción de la IA generativa. De hecho, el portal estadounidense BuzzFeed ha anunciado recientemente que se apoyará en la inteligencia artificial para redactar sus célebres tests.

Sin embargo, no todos los medios que han tenido a bien experimentar con la IA generativa pueden sacar pecho a cuenta de los resultados (aún demasiado mediocres). Es el caso de CNETque se ha visto en el ojo del huracán por textos generados por la inteligencia que eran pródigos en errores. Quizás por esta razón el temor de que la IA generativa pueda traducirse en una sangría de puestos de trabajo a corto plazo es considerado infundado a ojos de Glauner. «La inteligencia artificial no dejará a todo el mundo desempleado a la vez», profetiza el profesor.

Hoy por hoy los seres humanos de carne y hueso continúan siendo indispensables para la supervisión de las tareas acometidas por las máquinas, insiste Glauner. Además, y aunque ChatGPT es indudablemente una herramienta muy útil, las empresas deberían ser cautelosas a la hora de confiar sus secretos a la versión pública de este programa. «Al fin y al cabo, esa información terminaría en manos de OpenAI y nadie sabe a cierta qué pasaría con esa información», advierte Glauner.

Así y todo, y aun cuando es perfectamente consciente de sus yerros, Palmer Hargreaves tiene el firme propósito de imbricar la IA en sus procesos de trabajo para escribir notas de prensa, posts para las redes sociales o sugerir titulares. «En los próximos años asistiremos a una revolución propiciada por la IA similar a la que se produjo en su día con la invención de la electricidad», augura Heilmann. La agencia tiene, por lo tanto, previsto seguir reclutando a «AI prompters», a quienes parece que les lloverán las ofertas de trabajo en los años venideros.

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